Hoy Deb me pidió que dejara unas palabras en su blog...
eso es lo que pretendo hacer a continuación
Débora, debóra,deborá...
gracias por existir,
gracias a ti y a mi,
y a Eros travieso por permitir que así fuera.
espero que los lectores del chequelete verde hayan disfrutado de este poema, con rima asonante y constante, con figuras literarias que aún no se han inventado. La temática me ha venido como el extásis que arrebató en aquel momento a Glebys Teresa, quien es mi fuente de inspiración para cuentos eroyiyi (solo queria escribir eroyiyi ahi)
You never give me your money You only give me your funny paper and in the middle of negotiations you break down
I never give you my number I only give you my situation and in the middle of investigation I break down
Out of college, money spent See no future, pay no rent All the money's gone, nowhere to go Any jobber got the sack Monday morning, turning back Yellow lorry slow, nowhere to go
But oh, that magic feeling, nowhere to go Oh, that magic feeling Nowhere to go Nowhere to go
One sweet dream Pick up the bags and get in the limousine Soon we'll be away from here Step on the gas and wipe that tear away One sweet dream came true... today Came true... today Came true... today...Yes it did
One two three four five six seven, All good children go to Heaven
Llevo ya siete semanas en San Francisco. En siete semanas se hacen y se dejan de hacer muchas cosas. Capaz acerca de eso debería ser este post, pero no lo es, lo lamento.
En siete semanas he ido y visitado muchas veces las calles de la ciudad, y he aprendido sólo por repetición infinita, el modo de transportarme por las vías automovilísticas. No es trabajo sencillo, pero tampoco es la complicación. Cualquiera que haya manejado de Plaza Venezuela a Los Naranjos alguna vez en su vida, o de Plaza Venezuela a cualquier sitio, o de cualquier sitio a Plaza Venezuela, se siente un experto en vialidad en una ciudad tan urbanizada como San Francisco.
Entonces, como mis padres vienen la semana que viene a pasar una semana vacacional con nosotros, yo pienso. Y pienso y pienso, y recuerdo que una de las pocas cosas que se puede hacer con la tarjeta de crédito del infierno-y-muere es rentar un automovil. "¡Ah!", exclamo. "¡Podría rentar un carro! ¡Sería la merma! YEAH!"
Entonces busco la información y llamo a las empresas rentadoras. Me pongo de acuerdo y muy gentilmente me vienen a buscar para llevarme al sitio donde el carro tan deseado espera ser rentado por mí. Entro al lugar, que huele equis, que tiene muchas ventanas y pocas personas adentro. Me pide el señor mi licencia de conducir, venezolana claro.
(=
Empiezo a buscar, normal.
No consigo mi objeto buscado, pero no entro en pánico. Tanto mi billetera como mi bolso tienden a tener un billón de papeles y mariqueras extra que no sirven de nada, pero que igual las tengo porque me gustan. Así que busco con más calma. No consigo.
No consigo, no consigo, no consigo, no consigo. NO CONSIGO.
Le digo al señor rentador, con mi cara de venezolanísima. "Esquiusmi sor, ai forgat mai laicens"
"I'm sorry dear, but we close at 6, and it's already 6:30"
"Okei.. Si llu tumorrou den"
"Bye bye"
Me pateo mentalmente infiniiiitas veces por mi gracia. Aunque no me sorprendo a mi misma, me fastidio y llego a la conclusión de que debería ser posible desdoblarse y formarse un peo uno mismo.
Llego a la residencia de nuevo, y empiezo a buscar mi licencia. Entre todo el perolero, no la consigo. Así que lo organizo. Tampoco la consigo.
Esto ocurrió el día de ayer. Aún no consigo mi licencia. Probablemente no la consiga. Así que debo sacarme una nueva en Venezuela, país de la imposibilidad de hacer trámites en menos de dos años.
=D !
¡Mueroo, muerooo de la felicidad! ^-^ ¡Puro éxtasis! Lalalalaaaa (8)